¿Qué transmito cuando me vinculo con alguien: fe, esperanza, bondad,
mansedumbre, paciencia?
¿o egolatría, agresividad, indiferencia,
superficialidad?
Todos nosotros tenemos numerosos vínculos humanos. Estamos vinculados con personas, con lugares, con instituciones, etc. María nos sirve de ejemplo de vinculación, a la vez, personal y sobrenatural: con Dios (lo vemos en la Anunciación y en toda su vida), con la Palabra de Dios que se hace su Hijo histórico y carnal, de vinculación familiar en la vida doméstica de Nazaret, etc.
Jesús nos deja como mandamiento propio un mandamiento de vinculación: "ámense unos a otros como yo los amé".
Este mandato de Jesús nos pone en actitud de desarrollo, entre nosotros los hombres, de la capacidad de vincularnos por el Amor. Y por eso, a la luz del mismo Jesús —que es nuestro vínculo de salvación con Dios— podemos examinar nuestros vínculos con los demás.
¿Nos vinculamos o permanecemos aislados? ¿Cómo son mis vínculos en el grupo? ¿Desarrollo vínculos personales?
¿Cómo son mis vínculos en mi familia: cómo me vinculo con mi esposo/a, con mis hijos, con mis padres, etc.? ¿Cómo son mis vínculos en mi comunidad consagrada o de vida? Sin vínculos no puede haber alianza porque la Alianza es un vínculo de Amor Sobrenatural.
El vínculo con el prójimo, evangélicamente tiene una doble dimensión de interioridad y de misión.
La interioridad: es lo que lleva el vínculo. Es lo que transmito cuando me vinculo. Es su calidad personal.
¿Qué transmito cuando me vinculo con alguien: fe, esperanza, bondad, mansedumbre, paciencia? o ¿egolatría, agresividad, indiferencia, superficialidad? Mis vínculos ¿son un vehículo de gracia o de pecado, de presencia de Dios o de naturalismo?
La misión: el vínculo es una posibilidad de evangelización. Precisamente porque su contenido puede ser un testimonio del evangelio de Jesús. Todo vínculo lleva un mensaje.
Por eso es bueno preguntarnos hoy, a la luz de María que es nuestro Vínculo con el Salvador: ¿Cómo son nuestros vínculos especialmente en los encuentros con otras personas: son vínculos evangelizadores, misioneros, testimoniales o son vínculos del hombre viejo y del mundo intrascendente? En las jornadas del Movimiento, ¿me abro a nuevos vínculos con los que nos visitan o busco la seguridad y el afecto de los vínculos ya desarrollados? El vínculo es personal si lo hacemos desde el corazón y los valores que hay en él. De otro modo es superficial y no compromete con el prójimo o con el hermano…
Uno puede vincularse con las personas, pero también con una Comunidad globalmente considerada, o con una Institución, etc.
El Movimiento es una Comunidad Pastoral. Su fuerza son los vínculos —desde el Espíritu Santo— con Dios y con los hermanos.
Pero en el Movimiento, como Obra, se dan diversos vínculos. Vínculos con Dios y con los hermanos, que son vínculos con la Obra también. Por eso me puedo preguntar: ¿Cómo estoy vinculado con la Obra? ¿Tengo con el Cuerpo, un vínculo vivo, indiferente o muerto? ¿Cuáles son sus signos?
Podemos mencionar los vínculos que se dan en la Obra a nivel de inserción en el Cuerpo:
• El vínculo del orante: vinculado establemente a un grupo de oración o de Encuentro en la Palabra, la oración grupal da un grado de pertenencia al Cuerpo especialmente después del Retiro de Profundización.
• El vínculo del comprometido: vinculado con el compromiso de un servicio pastoral o no pastoral. El servicio transforma al orante en servidor del Cuerpo…
• El vínculo del consagrado: vinculado al Cuerpo por un compromiso eclesial de entrega de la vida que lo constituye en un "estado consagrado" de acuerdo a las disposiciones de la Iglesia.
• El vínculo del dedicado: vlnculado al Cuerpo por un compromiso de "dedicación a Dios" en la Obra.
• El vínculo de los que estén en comunidades de vida no consagrada (matrimonios y solteros): vinculados al Cuerpo por un compromiso comunitario con otros hermanos.
• También habrá vínculos posibles respecto de la profesión o el trabajo que hoy no tratamos.
Estos vínculos con la Obra son vínculos con Dios en la Obra y tienen un sentido eclesial. Algunos vínculos por su relieve se expresan delante de la Comunidad y tienen como testigo a la Comunidad, además de Dios. (Tal es el caso también del compromiso sacramental del Matrimonio).
Lo que hoy María nos regala, es el comienzo de esté tipo de expresión de vínculos importantes en la Iglesia y para la Obra, delante y en medio de la Comunidad. Agradecemos a María este nuevo paso de gracia en el desarrollo de la interioridad del Movimiento. Que ella nos comprometa más con el Evangelio, la santidad y la entrega por la salvación de los hombres y la construcción del Mundo Nuevo.
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El presente artículo es una condensación de la charla dada por el P. Ricardo en la Jornada de María el 19 de agosto de 1984. A la misma asistieron cerca de un millar de miembros del Movimiento venidos desde la Capital e interior del país para reunirse en la ciudad de Quilmes. © El Movimiento de la Palabra de Dios, una comunidad pastoral y discipular católica. Este documento fue inicialmente publicado por su Editorial de la Palabra de Dios y puede reproducirse a condición de mencionar su procedencia. |