Una vez alguien me dijo que en la vida había que ser feliz. Nunca fui de jugarme demasiado pero puse de mi parte todo lo que creía que era necesario para alcanzar la meta. Años corrí tras una corona que ni siquiera sabía cómo era; peor, como vi a otros correr para el mismo lado, me convencí de que estaba en el camino correcto.
Cada día meditaba cuántas cosas hacía —y bien— para seguir en carrera; eso me bastaba para sentirme satisfecho conmigo mismo. ¡Todo estaba bárbaro! Ni siquiera tenía problemas. ¿Para qué?… Si en esta vida sólo había que pasarla bien.
Pero un día sin saber cómo, vi a algunos "locos" que corrían para el otro lado, y me dije: "Pobres, van al revés". Sin darles demasiada importancia continué mi carrera, pero algo me preguntaba: "¿Por qué esos "locos" tienen esa cara de felicidad? Si hasta parecen más felices que yo".
Una vez más, sin saber cómo, a los dos años los volví a ver. Allí me dije: "Yo quiero tener alguna vez la alegría que ellos tienen"; y sin medir las consecuencias empecé a correr tras ellos. Eso me significó renunciar a muchas de las cosas que hasta entonces daban sentido a mi existencia.
Pasó el tiempo y me di cuenta de que me sentía uno de esos "locos", que podía gustar en el corazón esa alegría que ni siquiera había imaginado que pudiera existir.
Y hoy corro, ya no pienso en que debo alcanzar algo, yo mismo fui alcanzado por Dios como lo dijo el "loco reloco" de Pablo: «Habiendo sido alcanzado por Cristo […] me lanzo hacia adelante y corro en dirección a la meta, para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me hizo en Cristo Jesús» (Flp 4,12-14). Y me lanzo, con todas mis fuerzas, con todo el amor que tengo, para avisarle a otros que —como yo hasta no hace mucho tiempo— no saben, que los que corren al revés son ellos (aunque parezcan más); que hay un Dios que nos ama y por quien vale la pena perder la vida.
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© El Movimiento de la Palabra de Dios, una comunidad pastoral y discipular católica. Este documento fue inicialmente publicado por su Editorial de la Palabra de Dios y puede reproducirse a condición de mencionar su procedencia. |