Principios y actitudes del amor
1. El amor nace de una disposición y actitud de nuestro espíritu colmado por el Espíritu de Dios que es el Amor. Permanece en el dinamismo del Espíritu y estarás pronto a amar.
2. Si quieres amar, atrévete a amar primero. Busca la comunión con tu prójimo.
3. El amor defiende al prójimo. Siempre busca disculparlo o corregirlo fraternalmente.
4. El amor pide darse todo en cada momento, encuentro o actividad. No te des a medias ni transformes el amor en un deber o en una tarea.
5. Ama con todo el corazón lo que hagas en cada momento. Es lo único que cuenta de tu vida.
6. En el amor madurará tu personalidad en Jesús y se ordenará y sanará tu naturaleza. Entrégate al amor, vive su alegría y no mires para atrás.
7. En la familia construye la alianza familiar; en el trabajo busca la alianza laboral que civiliza; en la comunidad, la alianza del amor mutuo de Jesús.
8. Cuando te rechacen o no te quieran, no te cierres ni eludas al 'enemigo': enfréntalo, haciéndole sentir que lo quieres lo mismo y que mueres a vos mismo para que se realice la alianza entre los dos.
9. Discierne siempre desde el amor, porque donde no hay amor, hay una forma de muerte y Dios no está allí.
10. El amor es servicial y reconciliador. Por eso sirve en la comunidad con el diezmo de la vida y busca siempre la reconciliación con el hermano distanciado por el malentendido o los límites de nuestra naturaleza y amor propio. El amor sirve y perdona siempre.
11. El amor vive sin superfluidad, comparte los bienes con el hermano, ayuda al prójimo necesitado y no priva al Señor de su diezmo para beneficio pastoral de la comunidad.
12. Anda a la oración a amar a Dios. En la oración comunitaria, el amor se hace alabanza de la gloria de Dios.
13. En el amor, el discípulo reconoce a Jesús como Señor, renunciando a sí mismo, cargando con la cruz de la propia existencia y siguiéndolo en la vida del Evangelio.
14. El mandamiento del Padre es éste: «que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos los unos a los otros como Él nos mandó. El que realiza la voluntad de Dios permanece en Dios y Dios permanece en él; sabemos que Él permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha sido dado» (1 Jn 3,23-24). Éste es el Mandamiento Trinitario: que permanezcamos en el amor de Dios.
15. El amor no pasará jamás. Es lo único que queda de nuestra vida mortal. Si vives en el amor, tu vida será eterna en el amor pleno y eterno de Dios.
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© El Movimiento de la Palabra de Dios, una comunidad pastoral y discipular católica. Este documento fue inicialmente publicado por su Editorial de la Palabra de Dios y puede reproducirse a condición de mencionar su procedencia. |