LA REVELACIÓN PRIVADA

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El criterio de san Pablo

La Iglesia reconoce, además de la Revelación pública contenida en la Biblia y la Tradición —que es necesario creer—, las revelaciones privadas que Dios puede tener con sus hijos. Éstas son de libre aceptación y para poder discernir su contenido, es importante el criterio que san Pablo le da a los tesalonicenses:

"No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno" (1ª Tes 5,19-21).