MARÍA Y EL MUNDO

Anterior Siguiente

Mensajes de María en Cuenca

"No hay cosa que hiera más a Dios que el no tomar en serio las cosas del Padre y la burla que el hombre hace de Dios" (Mens. 79).

"Hijos, el Padre tiene dolor del alma por la perturbación del mundo" (Mens. 81).

"Así como la serpiente se arrastra por la tierra, el hombre se arrastra por el pecado. Los hombres se dejan llevar más por el mundo que por el Reino de Dios. A pesar de mis bendiciones muchos se han olvidado de Dios" (Mens. 84).

"Hijos, los amo de corazón, soy su Madre. Mis niños, mis almas pequeñas, los más pecadores, arrepiéntanse de todo lo malo que hayan hecho. Hijos es el tiempo de la purificación de las almas; el camino es corto, se acercan grandes catástrofes para la humanidad, catástrofes naturales, catástrofes creadas por el hombre. La tercera guerra mundial amenaza al mundo. Deben ser fuertes, con una fe como de roca. Hijos, mi corazón está muy dolorido de ver cómo se juzgan a las apariciones. Hijitos, deben ser humildes, de corazón manso; deben seguir el Camino, la Verdad y la Vida que es mi Hijo Jesús" (Mens. 75).

"Hemos comenzado los tiempos duros, serán diez años muy tristes. El tiempo es corto... Evangelicen con la luz de mi Hijo. Tengan piedad de mi Hijo para que mi Hijo tenga piedad de ustedes ante el Padre" (Mens. 92).

"Mi advertencia se termina. Yo ya he dicho mucho. Ustedes tienen la gran misión de la conversión del mundo. El rosario es la oración más completa. No se pregunten por qué lo rezan. Que sea el escudo contra el maligno que está obrando. No se desprendan de él" (Mens. 10).

"Habrá tres días de oscuridad. En estos días no deben salir de sus hogares; no quiero que vean la Justicia del Padre. Dénse cuenta que han colmado su Justicia. Los tiempos están cerca, los días anteriores a estos fenómenos habrá señales en el cielo, en el sol, que no sólo se han dado aquí sino en otros lugares bendecidos por mi presencia. Luego vendrá el Reino de Dios en su justicia. Soy Madre de ustedes. Permanezcan en constante oración. Vendrán terremotos, huracanes, el cielo lloverá fuego; todo eso vendrá del Padre, del Hijo y del Espíritu de Dios" (Mens. 47).

"Quiero que en ustedes se haga un canto de alegría, la entrega al Corazón de mi Hijo Jesús y a mi Corazón" (Mens. 66).