MARÍA Y EL MUNDO |
Lourdes es la presencia sanante de Dios, a través de María, para todo el mundo. Mucha gente necesitada de Dios, adquiere allí la salud del cuerpo y del alma. Tal fue el caso, por ejemplo, de un médico, premio Nobel de medicina, llamado Alexis Carrell. Como incrédulo iba a Lourdes y en el tren que lo llevaba, asistió a una persona afectada de una enfermedad incurable. Ya en la fuente y el Santuario de Lourdes, comprobó la curación del enfermo y él curó su incredulidad. Dio testimonio a través de una publicación titulada "Viaje a Lourdes". Se estima que, desde 1858, han visitado Lourdes más de 400 millones de peregrinos, y que han sido muchas las curaciones físicas, morales y espirituales. ¿Cuántos son los milagros de Lourdes? Imposible establecerlo. Cercana a la gruta está la "Oficina Médica", donde se recoge la documentación médica de todas las posibles curaciones, pero muchas se escapan. Tantas no llegan a la gruta, se verifican en la casa de los enfermos a donde llegó el agua recogida en Lourdes. Muchas no son con signos o señales externas. La mayor parte son curaciones espirituales, conversiones, cambios radicales de vida, auténticos milagros espirituales, que no son tomados en consideración. La Iglesia pues es muy prudente. Hace una neta distinción entre curaciones y milagros. Admite que las curaciones ocurridas en Lourdes son millares, pero de ellas sólo unas setenta las ha declarado como milagros. Para que una curación imprevista e inexplicable pueda obtener la patente de milagro de parte de la Iglesia debe atravesar una gran cantidad de exámenes médicos y teológicos. Un auténtico proceso con cuatro etapas fundamentales: 1) Recolectar los datos que son presentados en la oficina médica de Lourdes; 2) examen de la curación de parte del "Comité médico internacional", una suerte de corte de apelación, constituida por médicos de fama internacional, los cuales deben establecer si se trata verdaderamente de una curación científicamente inexplicable; 3) examen de la curación por la "Comisión Teológica" que debe acordar si la misma ocurrió sólo por la intervención de Dios, a través de la intercesión de la Virgen María, en el caso de milagros ocurridos en Lourdes; 4) si también esta comisión da una respuesta positiva, el obispo de la diócesis del individuo sanado, emite el decreto declarando oficialmente que se está de frente a un milagro. |
Vittorio Micheli, ex alpinista, de 57 años, es uno de los ejemplos más clamorosos de curaciones ocurridas en Lourdes, Estaba enfermo de un tumor maligno en la pelvis. El mal le había tomado completamente la cabeza del fémur, parte de la pelvis y tenía cortados los músculos de la nalga izquierda. La pierna permanecía unida al tronco sólo por la piel y colgaba pendularmente del cuerpo como una salchicha. En Lourdes, Micheli encontró la curación del tumor y después se verificó también una total reconstrucción del fémur, cosa científicamente inconcebible y jamás visto en la historia de la medicina. Vittorio vive en Scurelle, en las cercanías de Trento, en Valsugana, Italia, con su mujer Lidia. "En 1961 era soldado, en el cuerpo de los alpinistas" cuenta, "y comencé a tener fuertes dolores en la cadera. Llegué derivado al hospital de Verona, y fui sometido a análisis e investigaciones y encontraron que tenía un tumor en el fémur. Los médicos no me dijeron nada, pero le advirtieron a mi familia. Mis condiciones empeoraban. De Verona pasé al hospital militar de Trento, después a Levico, al Centro de tumores de Borgo Valsugana y aún a Trento. El tumor era maligno por lo que no había ninguna posibilidad de curación. Mi madre siempre lloraba y un día me pidió de ir a Lourdes en peregrinación. Yo era católico, pero no muy ferviente. No tenía ningún deseo de ir a ese viaje, pero resolví hacerlo para contentar a mi madre. "Hice la peregrinación a Lourdes del 24 de mayo al 6 de junio de 1963. Fui acompañado de mi hermano. Mis condiciones eran gravísimas. Ya no comía y debía tomar medicinas continuamente para calmar los dolores tan punzantes. En Lourdes fui llevado a la gruta; después a hacer el baño en la piscina con la famosa agua de los prodigios, pero no ocurrió nada extraordinario. Sólo que luego del baño comencé a tener apetito, no sentía más dolores y debilidad para tomar las medicinas. Nada más", "Entretanto volví a Italia, al hospital militar de Trento, donde imprevistamente mi estado de salud cambió totalmente. Me sentía bien y quería caminar. Los médicos descubrieron un brusco retroceso del tumor y una fuerte y repentina reconstrucción, tanto que a fin del mes, al tener la pierna enyesada, comenzaba a caminar. Sucesivos exámenes, análisis y visitas médicas evidenciaron que el tumor había desaparecido y que los huesos de la pelvis y la cabeza del fémur, ya abundantemente 'comidos' por el mal, se habían reconstruido". Vittorio Micheli, repuesto del hospital, tiene una existencia normal y volvió a su trabajo de albañil. Trabajó hasta 1996, siempre al aire libre, bajo el sol o la lluvia, en la planta baja o en las alturas, llevando pesos y sin haber acusado dolores ni dificultades nunca más. Su curación no sólo fue instantánea, perfecta, no debida a curas médicas, sino que con la clamorosa reconstrucción de sus huesos, queda un "hecho" que lleva a discutir a médicos y científicos. El 26 de mayo de 1976 la Iglesia declaró que esta curación tiene todas las características para ser considerada un auténtico milagro. Medjugorje, Torino N° 79 (enero/febrero 98) |
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