Unidos a
la Palabra de Dios recorremos
el desierto
de los hombres
anunciando
el Agua Viva
que no se acaba
El Movimiento de la Palabra de Dios, un nombre con sentido teológico más que sociológico, es llamado también Obra de Dios Padre, y se representa a sí mismo por el bautismo de Jesús: el llamado a anunciar el Evangelio con la unción del Espíritu Santo.
Los evangelios narran que Jesús fue a ver a Juan Bautista, en el río Jordán, y quiso recibir de él el bautismo de penitencia. Inmediatamente después, mientras estaba orando, «el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del Cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección"» (Lc 3,22).
La Palabra ungida por el Espíritu, don del Padre que hace visible la Alianza de su Amor, señala el símbolo de nuestro Movimiento. El Bautista es testigo de este encuentro trinitario. Dios presenta a su Hijo como camino seguro y perfecto hacia Él, con la fuerza del Amor que se derrama en aquellos que no dudan y están decididos a entregarse libremente para reproducir la imagen de Jesús en sus vidas. |
Nada más significativo para nuestro Movimiento que la Palabra de Dios ungida por el Espíritu desde el Amor del Padre para el anuncio del Reino a los hombres, expresada en el Bautismo de Jesús. Nacidos de la Pascua de Cristo, fuimos inundados por las primicias del Espíritu, y alabando al Señor con sus propios dones, el Padre nos invitó a participar de su vida, mediante la experiencia siempre nueva de su Alianza.
El Movimiento de la Palabra de Dios es una familia eclesial católica organizada desde el carisma pastoral del Evangelio, y consagrada a evangelizar el desierto del mundo y a desarrollar la Civilización del Amor sobre la Tierra.
Es una familia eclesial de renovación evangélica y de evangelización, con diversos tipos de miembros, compromisos y servicios. Busca participar, desde la Iglesia Católica, del Ecumenismo del Amor con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, colaborando con todo lo verdadero, noble y justo; procurando así la unión de los hombres, pueblos y naciones por encima de sus diferencias para que todos, sin distinción, por medio de Cristo tengamos acceso al Padre en el Espíritu de su Amor. |
Nuestra misión fundamental es evangelizar, buscando desarrollar la Civilización del Amor desde las comunidades de salvación bajo el Señorío de Jesús sobre el mundo. Unidos a la Palabra de Dios recorremos el desierto de los hombres anunciando el Agua Viva que no se acaba.