María, para Dios
no hay nada imposible,
y tu súplica,
a
través de Jesús,
todo lo consigue
María, para Dios
no hay nada imposible,
y tu súplica,
a
través de Jesús,
todo lo consigue
María, para Dios
no hay nada imposible,
y tu súplica,
a
través de Jesús,
todo lo consigue
María, para Dios
no hay nada imposible,
y
tu súplica,
a través de Jesús,
todo lo consigue
María, para Dios
no hay nada imposible,
y tu súplica,
a
través de Jesús,
todo lo consigue
María, para Dios
no hay nada imposible,
y tu súplica,
a
través de Jesús,
todo lo consigue
«La plegaria insistente a la Madre de Dios se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón del Hijo. Ella es "omnipotente por gracia", como, con audaz expresión que debe entenderse bien, dijo en su Supplica alla Vergine el beato Bartolomé Longo» (RVM 16).
Este rosario de súplicas surgió en 1999 ante la inminente erupción del volcán Guagua Pichincha ("bebé bueno que hace llorar") en Quito, Ecuador. Aquel martes 5 de octubre había lanzado 5.000 toneladas de ceniza sobre Quito, inundando la ciudad de polvo grisáceo. El jueves 7 se suplicó a la Madre y el volcán solamente expulsó una columna de ceniza y vapor de agua, una enorme fumarola de color blanco mezclado con celeste y gris, a veinte kilómetros de altura.
Es un rosario de jaculatorias —para situaciones de necesidad— y supone la expresión llena de fe de cada una de ellas. Cada denario incluye: la contemplación del misterio, un Avemaría, nueve jaculatorias, la invocación al Padre, y un Padrenuestro.
Se comienza expresando el misterio, y se puede incluir la lectura de la cita bíblica. Cada misterio tiene como finalidad reforzar la actitud de fe para sostener una jaculatoria poderosa.
PODEMOS LEER: Lucas 1,26-38 o Lucas 1,39-56
ORAMOS:
Alégrate María, llena eres de gracia, el Señor está
contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, tus hijos,
que somos pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
TODOS: expresamos una intención. Se puede poner la intención al inicio y sostenerla a lo largo del rezo, o repetirla luego de la lectura de cada misterio.
SUPLICAMOS 9 VECES:
María, para Dios no hay nada imposible,
y tu súplica, a través de Jesús, todo lo consigue.
INVOCAMOS AL PADRE:
Padre nuestro querido del Cielo,
escucha la súplica de María por la intercesión de tu Hijo
Jesús.
Te lo pedimos por la Alianza mesiánica de los Corazones
de Jesús y María.
ORAMOS:
Padrenuestro
PODEMOS LEER: Lucas 2,1-20 o Mateo 2,13-23
ORAMOS:
Alégrate María, llena eres de gracia, el Señor está
contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, tus hijos,
que somos pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
TODOS: expresamos una intención o reiteramos la anterior.
SUPLICAMOS 9 VECES:
María, para Dios nada hay imposible,
y tu súplica, a través de Jesús, todo lo consigue.
INVOCAMOS AL PADRE:
Padre nuestro querido del Cielo,
escucha la súplica de María por la intercesión de tu Hijo
Jesús.
Te lo pedimos por la Alianza mesiánica de los Corazones de Jesús
y María.
ORAMOS:
Padrenuestro
PODEMOS LEER: Juan 2,1-12
ORAMOS:
Alégrate María, llena eres de gracia, el Señor está
contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, tus hijos,
que somos pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
TODOS: expresamos una intención o reiteramos la anterior.
SUPLICAMOS 9 VECES:
María, para Dios nada hay imposible,
y tu súplica, a través de Jesús, todo lo consigue.
INVOCAMOS AL PADRE:
Padre nuestro querido del Cielo,
escucha la súplica de María por la intercesión de tu Hijo
Jesús.
Te lo pedimos por la Alianza mesiánica de los Corazones de Jesús
y María.
ORAMOS:
Padrenuestro
PODEMOS LEER: Juan 19,25-27 y Hechos 1,14; 2,1-4
ORAMOS:
Alégrate María, llena eres de gracia, el Señor está
contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, tus hijos,
que somos pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
TODOS: expresamos una intención o reiteramos la anterior.
SUPLICAMOS 9 VECES:
María, para Dios nada hay imposible,
y tu súplica, a través de Jesús, todo lo consigue.
INVOCAMOS AL PADRE:
Padre nuestro querido del Cielo,
escucha la súplica de María por la intercesión de tu Hijo
Jesús.
Te lo pedimos por la Alianza mesiánica de los Corazones de Jesús
y María.
ORAMOS:
Padrenuestro
PODEMOS LEER: Apocalipsis 12,1-6
ORAMOS:
Alégrate María, llena eres de gracia, el Señor está
contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, tus hijos,
que somos pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
TODOS: expresamos una intención o reiteramos la anterior.
SUPLICAMOS 9 VECES:
María, para Dios nada hay imposible,
y tu súplica, a través de Jesús, todo lo consigue.
INVOCAMOS AL PADRE:
Padre nuestro querido del Cielo,
escucha la súplica de María por la intercesión de tu Hijo
Jesús.
Te lo pedimos por la Alianza mesiánica de los Corazones de Jesús
y María.
ORAMOS:
Padrenuestro
TODOS:
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en un principio, ahora y siempre.
Gloria a la Comunidad Trinitaria de Dios en la unidad de su único Ser
divino,
por los siglos de los siglos. Amén. (3 veces)
SUPLICAMOS:
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, de que jamás
se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti.
Animados por esta confianza acudimos también a ti, oh Madre, Virgen de
las vírgenes,
y gimiendo bajo el peso de nuestros pecados nos atrevemos a comparecer ante tu
presencia soberana.
Oh Madre de Dios, no desprecies nuestra súplica, antes bien, escúchala
y acógela benignamente. Amén.
TODOS:
María, Madre de la Palabra de Dios y Guardiana de nuestra fe, ruega por nosotros. Amén.
Este rosario puede ser enriquecido de distintas maneras (comentario de la Palabra, mensajes marianos o carismáticos, etc.) según el tiempo de que se disponga.