La identidad
surge de
la Palabra de Dios buscada como
estilo de vida
con la unción
del Espíritu Santo

Nuestra identidad

Los primeros grupos juveniles de oración reconocieron en 1976 que su identidad surgía de la Palabra de Dios buscada como estilo de vida con la unción del Espíritu Santo.

La inspiración de un Cursillo de Evangelización, recibida por el P. Ricardo Mártensen, fundador del Movimiento, fue una gracia decisiva para los grupos. El Cursillo I, realizado en enero de 1976, selló la identidad y fundó la espiritualidad de la Palabra de Dios como estilo de vida. Esto llevó a la conciencia de su identidad como El Movimiento de la Palabra de Dios.

El Cursillo hizo de puente entre el carisma originario recibido en aquellos grupos y la novedad de El Movimiento de la Palabra de Dios, como movimiento de renovación evangélica en la Iglesia.

En el año 1980, el Padre Obispo Jorge Novak acogió al Movimiento en la diócesis de Quilmes, y en 1982 hizo la primera aprobación canónica del Movimiento con sus estatutos (ad experimentum).

Nuestra identidad posteriormente fue confirmada eclesialmente con la aprobación canónica definitiva de los Estatutos realizada el 11 de agosto de 1988.


«Por su naturaleza, los carismas son comunicativos, y hacen nacer aquella 'afinidad espiritual entre las personas' (cf. Christifideles Laici, 24) y aquella amistad en Cristo que da origen a los 'movimientos'. El paso del carisma originario al movimiento ocurre por el misterioso atractivo que el fundador ejerce sobre cuantos se dejan involucrar en su experiencia espiritual» (Juan Pablo II, discurso en la Vigilia de Pentecostés, 30/05/98).