Querido Francisco, todos los hermanos y hermanas de El Movimiento de la Palabra de Dios te abrazamos en la intercesión por tu abrazo eterno con el Padre. Ese 13 de diciembre de 1969, tuvimos la bendición del Espíritu Santo que nos regaló a la Iglesia el fundador de un carisma, en la persona del Padre Ricardo, y un Vicario de Cristo, en tu persona, querido Padre Jorge Bergoglio. «Fuimos ordenados cinco ese 13 de diciembre de 1969: Hardoy, Ávila, Bergoglio, Grados Acosta, Mártensen. Todos juntos al aire libre, en el hermoso jardín del Colegio Máximo de San José, por el arzobispo emérito de Córdoba, Ramón José Castellano. Era una tarde de sábado, el día de santa Lucía. El padre Ricardo Martensen fundaría cinco años después el Movimiento de la Palabra de Dios, una comunidad pastoral que hoy está presente en muchos países de Sudamérica y en España. Tiene pocos años más que yo y, en el momento de escribir estas líneas, sigue con vida.» (Esperanza, Francisco, la autobiografía, Plaza Janés, cap. 16).
Agradecidos por la entrega de tu vida y tu servicio a la Iglesia, tu llegada a los más necesitados y tu incansable proclama por la paz y la fraternidad de los pueblos. Nos queda el legado de tu testimonio en tus gestos cotidianos de servicio y atención a todos, sin distinción de ningún tipo. Atesoramos tus enseñanzas en cada homilía, discurso y documento que, con gran lucidez, nos escribiste. Celebramos los nuevos santos que nos regalaste como Pueblo de Dios en las 74 canonizaciones que llevaste adelante. Bendecimos a Dios por tus viajes pastorales y asistencia permanente con los inmigrantes, los pobres, los ancianos, las familias. Tu búsqueda por querer hacer de la Iglesia un lugar para todos y por querer promover el rol de la mujer. Tu compromiso con el medio ambiente en el cuidado de la casa común, el camino que señalaste ante tantos gobernantes para la Política, la Economía y los Medios de comunicación… ¡Cuánto! Dios Padre te abraza en esta nueva etapa de la vida que no tiene fin. ¡Gracias, querido hermano y pastor!