¡Con alegría celebramos la bendición que el Espíritu Santo nos ha regalado en el nuevo sucesor de Pedro! El 8 de mayo fue electo Sumo Pontífice el cardenal Robert Francis Prevost, quien ha tomado el nombre de León XIV. Una vez más, el Señor nos muestra cómo es él quien conduce la barca de la Iglesia. Luego de los intensos días vividos con gran emoción por la despedida de Francisco, toda la feligresía estuvo unida en la oración de intercesión por el nuevo pastor de la Iglesia Católica.

«La paz esté con ustedes» fueron las primeras palabras que expresó el Papa electo por los 132 cardenales que fueron parte del Colegio cardenalicio en el cónclave. Al presentarse ante el Pueblo de Dios, su Santidad dejó entrelineadas algunas de sus preocupaciones a través de su saludo inicial, en donde se lo vio profundamente conmovido. Además de su insistencia por la conquista de la paz en los corazones, las familias y el mundo entero, León XIV invitó a seguir construyendo la Iglesia y dijo: «Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, dialoga, siempre abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos. A todos, todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia, de nuestro diálogo y de nuestro amor». 

El Espíritu Santo, que guía y sostiene a la Iglesia, nos haga estar atentos a sus inspiraciones para que, desde nuestro carisma, respondamos con fidelidad y solicitud al camino que nos señala nuestro nuevo Pontífice: «Caminar como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para anunciar el Evangelio, para ser misioneros. (…) La humanidad necesita a Cristo como puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos y ayúdense unos a otros a construir puentes con el diálogo, con los encuentros, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz».