«Cuando consideramos
la vida de
los que siguieron fielmente a
Cristo, somos invitados a buscar con nuevas motivaciones
la Ciudad futura
y simultáneamente, el camino segurísimo
por el cual, entre
las vicisitudes
del mundo,
según el estado
y la condición
de cada cual, podemos llegar
a la perfecta
unión con Cristo,
o sea,
a la santidad»
(LG, 50)
El Concilio Vaticano II nos hace comprender el sentido y el valor de la veneración de los santos: «Cuando consideramos la vida de los que siguieron fielmente a Cristo, somos invitados a buscar con nuevas motivaciones la Ciudad futura (cf. Heb 13,14 y 11,10) y simultáneamente, el camino segurísimo por el cual, entre las vicisitudes del mundo, según el estado y la condición de cada cual, podemos llegar a la perfecta unión con Cristo, o sea, a la santidad» (Lumen Gentium 50).
Tenemos una maravillosa galería de santos de lo más variados, que pueden y deben servirnos de modelo para nuestro camino de discípulos. Todos somos llamados a la santidad del amor mutuo construyendo el Reino de Dios entre los hombres y mujeres. Los santos y beatos nos muestran caminos, nos dan pistas de santidad, nos señalan ideales, nos inspiran valor, e imploran para nosotros la ayuda del Señor.
José María Cassant, (-). María Corsini y Luigi Beltrame Quattrocchi, (25-Nov). Alberto Marvelli, (-). Miguel Pro, (31-Mar). Charles de Foucauld, (15-May). |
Sor Isabel de la Trinidad, (8-Nov). Anna Katharina Emmerick, (3-Oct). Sor María Ludovica, (-). |